MUJERES SINGULARES SALMANTINAS

 

En el siglo XIX, la mujer estaba sometida al hombre en todo y para todo, valorándose en ella su belleza, no su inteligencia. Un artículo publicado en El Escolar, Revista de intereses materiales de Salamanca, el domingo 13 de septiembre de 1874, era bien explícito al respecto.

 

«No diremos que la mujer tiene menos talento que el hombre, pero es preciso confesar que tiene un talento distinto; porque es mujer en esto como en todo lo demás; tal vez lo que decimos proceda de la estrechez de su cabeza, de su frente y de su debilidad»; aventura luego que «acaso esté persuadida de nuestra superioridad», para afirmar al fin: «lo cierto es que su inteligencia en muchas circunstancias tiene menos poder que la nuestra.../ La Avellaneda, La Coronado y otras notabilidades femeninas en el género literario de nuestra patria, son excepciones tan raras como gloriosas».

 

En Salamanca ha habido mujeres que han destacado por su lucha por la igualdad. Ya en el año 220 a.C. cuando los cartagineses conquistaron la ciudad, las mujeres ayudaron a sus maridos a reconquistarla.

En 1109, al morir Alfonso VI deja el reino en manos de su hija Urraca. Fue la primera vez que la sucesión al trono recaía en una mujer.

Famosa fue la Reina Isabel la Católica (1451-1504), quien quiso demostrar que estaba capacitada para adentrarse en el mundo cultural y científico. Si bien no vivía en Salamanca, cuando pasaba por la ciudad se hospedaba en la Casa de las Conchas, hoy Biblioteca pública. Se cuenta que fue en Salamanca donde la Reina recibió a Colon. Creó las Escuelas palatinas, para formar a talentos masculinos y femeninos, sin duda era una mujer avanzada para sus tiempos. En Salamanca conoció a Beatriz Galindo (1465-1534) gran conocedora del latín, conocida  como “La Latina”, quien fue llamada a la corte para ejercer de institutriz de sus hijos, convirtiéndose en amiga y consejera de la Reina.

Beatriz Galindo estudió en la Universidad de Salamanca, la calle “La Latina” le rinde homenaje. Otras mujeres como Feliciana Enríquez de Guzmán (1570-1647), llegó a licenciarse en Cánones. Dolores Cebrián Fernández Villegas (1881-1973), fue Catedrática de Ciencias de Toledo y llegó a estudiar Biología en la Sorbona de París. Santa Teresa de Jesús llegó a recibir el título “Honoris Causa” por la Universidad de Salamanca, escribió prosa, poesía, relatos, etc. Matilde Cherner (1833-1880) publicó varios trabajos (considerada periodista), interesada por las cuestiones sociales y por el papel de la mujer en la sociedad llegó e reivindicar para la mujer el derecho “de atender por sí misma a su subsistencia y su porvenir, de ganarse un papel en la sociedad que... prescinde por completo de ella, política, moral o intelectualmente hablando”. Carmen Martín Gaite (1925-2000) perteneciente a la Generación de la Posguerra, fue una las escritoras más premiadas de la literatura española. Y ya en tiempo más cercano Charo López y Helena Pimenta conocidas por su talento para el teatro.

 

Quiero hacer especial mención a Dolores Cebrián Fernández Villegas (1881-1973), hija de un médico militar, rodeada por un ambiente en el que se valoraba el estudio se familiarizó con los libros desde pequeña. El destino de las mujeres en aquella época era ocuparse de la casa, sin embargo ella no respetó esa norma y asistiría a las clases del Instituto de Segunda Enseñanza donde cursaría Bachillerato, convirtiéndose en una de las primeras mujeres que tuvo acceso a las aulas del Instituto y adquirir conocimientos con los que saciar su ansia de saber. En la clase abundaban los hombres por lo que tenía que aplicarse para salir airosa en el empeño, y lo consiguió, fue la segunda mujer que obtuvo el Bachiller en Salamanca.



Ingresó en la Escuela Normal de Maestras, donde abundaban los hombres. Con el título en su poder, opositó a la Cátedra de Ciencias Naturales de la Normal salmantina, obteniendo la plaza y desempeñando su labor docente durante años. Tras la muerte de su padre, su madre se traslada a Madrid con el resto de la familia y Dolores permanece en Salamanca dando clases de Ciencias Naturales en la Normal. En 1905 prepara las oposiciones a la Cátedra de Ciencias Físicas y Naturales de la Escuela Normal de Toledo con el fin de acercarse a su familia. En Toledo conoció a un joven Catedrático Julián Besteiro con el que conectó enseguida, los dos  compartían el amor por la vida y la libertad y los dos ejercían su docencia con entusiasmo. Dolores asistiría a cursos sobre Fisiología Vegetal en la Sorbona de París y en Universidades Belgas y  dado que le apasionaba la enseñanza, iba introduciendo en sus clases las novedades y avances científicos del momento. Dolores se encuentra bien en Toledo pero su meta es Madrid, donde podrá tener un  mayor campo de actuación.

En 1908 Dolores gana la Cátedra de la Escuela Normal, en 1912 Julián la de Lógica Fundamental de la Universidad de Madrid y un año después contraen matrimonio civil.

En 1930 es nombrada Directora de la Normal de Madrid, y colabora con María de Maeztu en la Residencia de señoritas de la calle Almagro, viviendo así plenamente su vocación de pedagoga.

Llega la Guerra civil, el matrimonio pasa la contienda en Madrid, pero Julián cae preso y es encarcelado, su salud se deteriora hasta que finalmente fallece en 1940. Su esposa le sobrevivió muchos años, pero nunca cejó en su empeño pedagógico.

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 Me parece importante poner en valor esta figura porque para llegar a conseguir sociedades igualitarias es necesaria “educación, educación y educación” (en la familia, en la etapa educativa, en la sociedad, en los medios de comunicación, etc). Hay dos cuestiones a destacar para que Dolores Cebrián Fernández Villegas consiguiera su objetivo:

1- Fue una mujer que contraviniendo el destino que se les asignaba a las mujeres en aquella época (casa, marido, hijos), consiguió no solo estudiar una carrera, sino que llegó a ser Catedrática (cargo en el que solo había hombres), y además en un ámbito que le entusiasmaba “la docencia”. La mejor manera de educar es enseñando.

2- Para que ella pudiera conseguirlo, hubo un “hombre igualitario”, su padre, que no solo le facilitó el estudio, sino que no siguió los cánones de la época obligándola a casarse y formar una familia.


Bibliografía

- Instituto Municipal de Educación Ayuntamiento de Salamanca (2008). Mujeres en la historia de Salamanca.

- PÉREZ LUCAS, M.D.: Mujeres singulares salmantinas (220 a.C.-Siglo XIX), Amarú Ed.

https://www.ciudaddesaberes.es/guias/Las%20mujeres%20de%20la%20Historia%20de%20Salamanca.pdf

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